Viaje a la costa de O Porto – PORTUGAL –
Semana Santa 2019
De Jueves Santo a Domingo de Resurrección. Del 18 al 21 de abril.
Esta Semana Santa nos apetecía ir a un lugar tranquilo y alejado de trompetas, tambores y aglomeraciones (aunque al final no fue del todo así. La anécdota la cuento más abajo). Pero, en mayor parte, conseguimos nuestro objetivo en búsqueda de la tranquilidad y, además, buen tiempo, mientras que en España muchas personas lloraban por la cancelación de las procesiones debido a las lluvias.
Viaje de ida
El itinerario que decidimos hacer fue el siguiente:
Ávila – Furadouro (Ovar)
Desde la ciudad amurallada de Ávila hasta la primera roca que baña el Atántico en Furadouro hay unas 4 horas en coche si vas directo.
Pero si no tienes prisa, puedes ir haciendo paradas ya que por el camino se encuentran ciudades dignas de hacer, al menos, una visitilla rápida como Salamanca y Ciudad Rodrigo. Y ya en territorio portugués, destacan: Guarda y Viseu.
Concretamente, nosotros, a la ida, paramos en Ciudad Rodrigo. Era Jueves Santo así que nos topamos con las procesiones de ese día. Y me llamaron la atención las túnicas de algunos de los costaleros ya que el atuendo era similar al traje que llevan las mujeres de «el cuento de la criada», novela de Margaret Atwood, más tarde convertida en serie de Netflix.
Ciudad Rodrigo, es una ciudad chiquitita pero muy recomendable porque tiene un cierto encanto.
Viseu
Tras dejar Ciudad Rodrigo, decidimos almorzar más adelante, ya en territorio portugués, en Viseu. Es una ciudad de casi cien mil habitantes y la capital de la región «Beira Alta». Destacan la catedral, las murallas y puertas de la antigua ciudad y una fortificación romana.
Comimos en: Mesa d’Alegria (Rua da Vitoria de Viseu). LINK RESTAURANTE
Se trata de un local en el centro de la ciudad, modestito, con comida casera y camareros encantadores. El menú de mediodía es muy asequible, 7 euros por persona. Al mediodía solo tienen menú, (no sirven de carta), y suelen tener dos platos de carne y dos de pescado a elegir. Para la cena ya puedes elegir cualquiera de las variedades de su carta.
Para animar la conducción…
Si quieres ambientar tu trayecto hacia Portugal, además de escuchar fados, hay un par de canciones ambientadas en el país y justo en el mes de abril:
‘Abril en Portugal’ de Chavela Vargas.
https://m.youtube.com/watch?v=Huh3xCGmfk8
‘Pájaros de Portugal’, de Joaquín Sabina.
Llegada a Furadouro
Nuestro hotel se encontraba en Furadouro, la zona de playa que pertenece a la localidad de Ovar:
Furadouro Boutique Hotel Beach & Spa
Es el lugar ideal si lo que buscas es tranquilidad absoluta, ver y escuchar las olas del mar, pasear por sus dunas o caminar por el bosque de eucaliptos de las afueras. Las habitaciones del hotel que miran hacia el mar son una pasada. Se puede disfrutar desde su balcón, o incluso desde la cama, de unos atardeceres espectaculares.
Furadouro tiene un largo paseo marítimo con dunas al principio y al final del mismo.
Y hay pequeños restaurantes a lo largo del paseo marítimo de Furadouro.
De todos ellos, destaco uno muy tradicional: ‘O tasco’. LINK RESTAURANTE
No es nada sofisticado, es decir, que sigue conservando el espíritu de los setenta en su interior (y eso no significa «vintage«) pero si quieres comer pescado fresco, este es tu lugar.
Furadouro pertenece a la ciudad de Ovar. Se trata de un municipio pequeñito lleno de contrastes entre lo antiguo y lo moderno. Tiene varias iglesias con arquitectura interesante y una «ruta del azulejo». Allí, recomiendo comer o cenar en ‘TOCA’. LINK TOCA
Es un restaurante moderno y con comida deliciosa.
En ese lugar, en Ovar, es donde nos ocurrió la anécdota que mencionaba más arriba y es que el viernes noche, queríamos salir a cenar fuera, concretamente, queríamos probar «Toca» y al llegar en coche a Ovar, nos paró la policía porque en ese justo momento pasaba la procesión del Viernes Santo (no habían cortado las calles ni nada similar) así que tuvimos que parar el coche y quitar las luces para ver la procesión en primera fila y en un lugar privilegiado como era el interior del coche (nos evitamos pasar frío). Menos mal que la procesión no era demasiado larga, a penas duró diez minutos pero tuvimos la oportunidad de ver dos pasos distintos y a medio pueblo, por no decir el pueblo entero, en procesión.
Furadouro, además de ser un sitio muy tranquilo, se encuentra muy bien situado para visitar ciudades como O Porto, Aveiro e incluso Coimbra.
Nosotros decidimos emplear un día entero en O Porto y otro en Aveiro y Costa Nova.
O Porto
O Porto es la segunda ciudad de Portugal tras Lisboa. Tiene mucho encanto porque está bañada por el río Duero, es una ciudad con diversas alturas, de colorido y luminosa y, en cierto modo, tiene un punto decadente que, hasta eso, le da encanto.
La mayoría de las fachadas de sus edificios (con azulejos de distintos relieves, tamaños, formas y colores) necesitan una restauración porque parece que se van a caer a pedazos en cualquier momento.
Pero, esa parte decadente, tiene un toque de nostalgia encantadora y eso, supongo, la hace una ciudad especial.
Como puedes apreciar en la foto de arriba, en O Porto, se conservan lavaderos públicos. Bueno, no solo es que los conserven es que aún están en uso.
En O Porto nos encontramos con un ambiente muy distinto al que teníamos en Furadouro: masificación en su estado máximo. Había colas larguísimas para visitar cualquier espacio de interés o monumento como, por ejemplo, la librería que se hizo famosa porque la autora de Harry Potter se basó en ella: ‘Lello e irmão’ (Rua das Carmelitas).
Para desplazarte por O Porto tienes tanto metro como bus como tranvía pero es una ciudad asequible para hacerla andando (con perdón de algunas inclinadas y encuestadas calles).
Algunos must do que no puedes perderte son:
Los puentes (Arrábida y Luis I), la catedral, la zona alta donde se encuentra el palacio episcopal, la estación de tren, avenida dos aliados donde se encuentra el ayuntamiento, y unas cuantas iglesias repletas de azulejo.
Suele destacar, por su antigüedad y por su vida cultural de antaño, el café Majestic (Rua de Santa Catarina) es una especie de «café Gijón» en Madrid, de «els cuatre gats» de Barcelona o «les deus magots» de París. Aunque bajo mi punto de vista la relación calidad-precio no es la mejor. Para que te hagas una idea, un café expreso cuesta 5 euros, un capuchino 6 euros y un café irlandés 12 euros, ya no me paré ni a mirar los precios de los sándwiches porque el lugar tampoco me pareció tan espectacular en su interior como para pagar 5 euros por un simple café.
Tampoco es que sea un sitio tranquilo así que supongo que decidir entrar es más por rememorar tiempos literarios pasados que otra cosa.
Entre los diversos comercios de la ciudad destaca ‘Comur‘. Se trata de una conservera portuguesa que con tal de innovar y atraer al público han creado diseños llamativos en las latas de conservas destacadas porque tienen latas de cada año desde 1942 (año de su fundación) y en cada lata de cada año exponen un par de acontecimientos ocurridos en esa fecha y de exaltación de los logros portugueses por los mares alrededor del mundo.
www.comur.com
Las latas son tan coloridas que casi da pena abrirlas, así que son un buen «souvenir». Y hablando de «souvenirs», lo más típico en esta zona de Portugal es comprar todo tipo de objetos de CORCHO (libretas, bolis, estuches, …) puedes encontrar casi que cualquier cosa forrada en corcho.
Una de las especialidades gastronómicas típicas de O Porto son las francesinhas. Es una especie de sándwich-bomba. Y digo lo de «bomba» porque es súper pesado y contundente: pan de molde que entre medio lleva diversos embutidos, por encima, montones de lonchas de queso fundidas, bañado en una salsa picante y luego se le añade un huevo frito. Si te ves capaz de comerte eso y luego subir las cuestas de la ciudad con el calor que ya empieza a hacer en abril… Adelante. Yo no fui capaz.
Y otra de las especialidades de la ciudad es, sin duda, el vino. Hay montones de bodegas para visitar si te gusta el vino dulce.
Ya sabes que no puedes dejar de probar el «pastel de natas«, también conocidos como pasteles de Belem (se conoce por ese nombre más en la zona de Lisboa que en otros lugares).
Y también es típico en Portugal el denominado vino verde. A ver, el vino verde no es gran cosa, no deja de ser una especie de vino blanco con burbujas, pero no puedes dejar de probarlo si andas por tierras lusas.
Si eres cervecero/a, la cerveza portuguesa más popular es la Super Bock (compite con Sagres). Es muy difícil encontrar cervezas de otras marcas, lo digo porque si te gusta la cerveza de verdad, esa, no te va a saber a mucho.
Aveiro
Es un lugar muy peculiar así que, si tienes la oportunidad, no te lo pierdas porque es una especie de Venecia a la portuguesa. La «atracción» son las diversas embarcaciones que, a día de hoy, transportan a cientos de turistas diariamente.
La tradición de las barcas (estilo góndola veneciana) viene porque dentro del término municipal de Aveiro hay unas salinas y ese era el vehículo para transportar la sal antiguamente.
También es un lugar que nos encontramos muy masificado pero es un pueblecito encantador, con mucho colorido en el centro. Si quieres comer o cenar, en la zona de la ría hay montones de locales. Si quieres salir de esa zona, hay otra más tranquila al otro lado de la ría, en esa zona, te recomiendo: «Nata» (Praça Marquês de Pombal), establecimiento que me hizo especial ilusión volver a ver ya que solía frecuentarlo en Barcelona.
Costa Nova
La mayor peculiaridad de este lugar playero son sus casas del paseo marítimo con rayas de colores. Aunque, para ser sincera, no son todas. Es decir, que si vas con la idea de encontrarte un largo paseo repleto de casas con rayas de colores no es exactamente así porque si en alguna foto has visto cuatro seguidas con rayas de colores, esas son las que hay. Poco más.
En el lado opuesto al paseo marítimo hay una larga playa con dunas.
Viaje de regreso
A la vuelta hacia España paramos para comer en Mangualde (restaurante ‘cascata de pedra’); aunque, en realidad, solo fue un intento. Al ser domingo de resurrección el restaurante estaba a tope de familias locales vestidas con sus mejores galas así que tuvimos que irnos.
Nuestra próxima parada fue en Chãs Tavares, en un barecito llamado ‘bom sucesso’. Llama la atención que medio pueblo estaba dentro pero no había nada para comer sobre las mesas. Eramos, literalmente, la atracción del bar. Todo el local estaba repleto de gente local pero llamaba la atención que sobre las mesas, como mucho, había cafés o agua. No había nada para comer ni otras bebidas. Así que, tras otro intento fallido, paramos en Guarda.
Guarda
Ya estaba contemplado en nuestro itinerario parar en la ciudad de Guarda por su popularidad. Es una ciudad que destaca por ser conocida como la ciudad de las 5 ‘f’: farta, forte, fría, fiel, formosa y, también, es el lugar más alto de Portugal continental, a 1050 metros de altura.
Guarda tiene un centro medieval muy bonito y que no se espera en un pueblo portugués de esta zona. Tiene catedral y frente a ella un monumento al segundo rey de Portugal, Sancho I.
Probablemente, Gaurda, sea la ciudad con más despachos de abogados por km². Cada vez que visito un lugar, además de hacer mi tradicional búsqueda de juzgados, suelo fijarme en cuál es el tipo de establecimiento o negocio que más se repite en la zona. Hay ciudades en las que hay más peluquerías o zapaterías o bares o tiendas de ropa o de souvenirs o pastelerías, que cualquier otra tipo de negocio. Y es la primera vez que veo más despachos de abogados por km² que en cualquier otra lugar. En Guarda (Portugal) se encuentra la mayor concentración de abogados en menos espacio que he visto hasta ahora…
Info básica para viajar a Portugal
Moneda: euro.
Enchufes: igual que en España.
Hora: hay una hora menos que en España.
Horarios: parecido a los españoles aunque no tan flexibles. Suelen abrir entre las 9 y 10 de la mañana y cerrar una hora para comer (entre 13 y 14 horas aproximadamente) y a la tarde abren hasta las 19 o 20 horas.
Lengua: portugués. Muchas personas hablan inglés en las ciudades más grandes no tanto en los pueblos, no obstante, entienden bastante mejor el español que nosotros el portugués aunque, siempre, puedes apañártelas con el «portuñol».
Ojo con el combustible: la gasolina y el diésel en Portugal tienen precios bastante más elevados que los de España es por ello que te recomiendo que llenes el depósito antes de pasar la frontera (para que te hagas una idea, en la primavera de 2019, mientras que el precio de la gasolina en España no llegaba a 1’3 el litro, en Portugal superaba el 1’6 el litro).
Ojo con los peajes: el sistema de peaje portugués es totalmente distinto al español. No hay unas barreras cada x kilómetros para que le pagues a un cajero sino que tienes que hacerlo al inicio de tu trayecto, facilitarles una tarjeta de crédito para que la registren y cada vez que pases por zona de peaje, automáticamente, te restarán una cantidad que descuentan de tu cuenta. Es importante que lo hagas al inicio, de otro modo, cada vez que pases debajo de un sistema de peaje portugués, te multarán. Y las multas llegan, no te confíes.