SIEM REAP.
Se trata de la segunda ciudad más importante de Camboya, tras la capital: Phnom Penh (Nom Pen). Eso sí, es una ciudad bastante más turística que Phnom Penh y eso tiene un por qué y es que en su término municipal es donde se encuentran los famosos TEMPLOS DE ANGKOR.
Además de los templos, Siem Reap es una ciudad con mucha vida (sobre todo nocturna), colorida y digna de visitar como para que dejes un día en tu agenda para perderte por sus calles.
Cómo llegar.
A Siem Reap puedes llegar en avión desde la capital del país, tarda menos de una hora, o bien puedes hacer lo que hicimos nosotros que es contratar un vehículo con conductor. El trayecto en coche dura unas cuatro horas debido a que entre ambas ciudades hay un gran lago y hay que bordearlo, eso y que, como comprenderás, no tienen grandes infraestructuras.
MUST DO de Siem Reap:
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Visitar el Mercado. Old Market, conocido como Psah Chas.
Está abierto tanto de día como de noche. No queda demasiado lejos de la recomendación siguiente: la calle de los bares (Pub Street). Venden alimentos y, también, todo tipo de objetos y utensilios: camisetas, bolsos, cuadros, bisutería, pieles, souvenirs…
Recuerda que tendrás que regatear el precio y que ellos/ellas preferirán siempre cobrar en dólares americanos porque al cambio ganan un poquito.
Lleva efectivo. No suelen tener máquinas para cobrar con tarjeta de crédito.
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Perderte por sus calles de bares (Pub Street).
Hay más trasiego nocturno en esta ciudad que en la capital del país y es que hay una serie de calles llenas de vida, llenas de luces y con música alta hasta bien entrada la madrugada. Sus bares son diversos. Hay, incluso, un Hard Rock Café (King´s Road).
Hay montones de locales con “happy hour” (la típica horquilla horaria en la que consumir bebidas alcohólicas a un precio más económico).
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Disfrutar de un espectáculo de danza tradicional.
Muchos restaurantes y hoteles ofrecen ese espectáculo.
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Hacer un curso de cocina.
Sí, sí, es una de sus ofertas turísticas. Así que si vas con tiempo de sobra, no dudes en apuntarte a un curso de cocina camboyana.
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Ver la ciudad en globo o helicóptero.
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Ver cómo trabajan los perros y ratas antiminas.
Has leído bien. Camboya es el país del mundo con más ratas y tiene un concreto y horrible motivo: las ratas detectan minas antipersona con más rapidez que cualquier otro animal. Por tanto, podrás deducir que Camboya es el país del mundo con más minas antipersona. Como ves, los camboyanos han hecho de la necesidad virtud y tienen como oferta turística ver trabajar a las ratas (esas que salvan vidas).
Ver web: apopo.org
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Hacerte un masaje.
Es una de sus especialidades: Crear entornos bonitos y relajantes para que puedas desconectar de todo. Hay montones de lugares para ello. Nosotros optamos por el servicio de masajes que ofertaba nuestro hotel y fue una maravilla. Las tarifas son bastante más baratas que en España.
- Y… La “joya de la Corona”:
LOS TEMPLOS DE ANGKOR.
La entrada a los templos para dos personas y un solo día cuesta al cambio unos 66 euros. Ese precio cubre simplemente la entrada, por tanto, no incluye guía ni el desplazamiento entre templo y templo, de forma que o bien contratas un guía y un vehículo con conductor o bien alquilas una moto o bici y vas por tu cuenta.
Las tarifas son las siguientes por persona (al menos, en agosto de 2019):
- Pase para 1 día: 37 dólares americanos.
- Pase para 3 días: 62 dólares americanos.
- Pase para 7 días: 72 dólares americanos.
Puedes echar un vistazo en:
Existe la posibilidad de ver el amanecer desde los templos (tendrás que madrugar mucho pero merece la pena). La entrada se conoce como “nocturna”. También es muy popular ver el atardecer desde uno de los templos pero eso ya es bastante más multitudinario.
ADVERTENCIAS PARA ENTRAR A LOS TEMPLOS CAMBOYANOS:
Si vas en verano, recuerda que el calor camboyano es de los que empapa la ropa así que ve provisto de agua y de una muda. |
A la salida de los templos, montones de niños/as vendrán en avalancha hacia ti pidiendo dinero, comida o intentando venderte objetos. Las autoridades camboyanas lo que recomiendan es intentar decir “no” porque están intentando sacarlos de las calles y si los turistas les prestan atención no lo harán nunca. |
Respecto al dress code: has de recordar que al ser templos de culto no te permiten vestir pantalones cortos ni ir sin camiseta (lo cual incluye solo vestir la parte de arriba del bikini).
Por tanto, deberás vestir pantalón largo o pareo que te cubra las piernas y llevar los hombros cubiertos. En los lugares con budas deberás descalzarte. |
Es posible fotografiar cualquier rincón de los templos pero te reñirán si los tocas. Lo que no está permitido fotografiar es a los monjes budistas que te cruces a tu paso. Recuerda que ellos no están haciendo turismo como tú sino que están allí para rezar. |
Tampoco se permite fumar dentro de la zona de los templos. Los templos de Angkor son “libre de humos”. |
Se llama Angkor porque era el nombre de una región camboyana que antaño (desde el siglo IX al XV) alojó varias capitales del imperio Jemer. Desde entonces, y con el paso de los siglos, ese gran imperio fue literalmente comido por la selva y terminó desapareciendo a la vista de cualquier humano a excepción de Angkor Wat que siguió siendo habitado por monjes budistas.
Desde su “redescubrimiento” todos los monumentos y templos de Angkor fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (desde 1992).
Se calcula que hay más de cincuenta templos, por lo que, en tu viaje o bien le dedicas mucho tiempo a esta zona o será imposible verlos todos (tendrás que ver los más conocidos).
El conjunto de templos se divide por zonas a la hora de visitarlos. Los principales son:
- En la parte central hay 18 templos:
Angkor Wat, Ta Prohm Kel, Baksei Chamkrong, Prasat Bei, Thma Bay Kaek, Angkor Thom, Bayon, Bapuon, Elephant Terrace, Leper King, Phimeanakas and Royal, Tep Pranam, Preah Palilay, Preah Pithu, Suor Prat Towers, The Khleangs, Mangalartha.
- En la zona Este hay 12 templos:
Thommanon, Chao Say Tevoda, Spean Thma, Ta Nei, Hospital Chapel, Ta Keo, Ta Prohm, Kutisvara, Banteay Kdei, Srah Srang, Prasat Kravan, Bat Chum.
- La zona conocida como “The East Baray” cuenta con 3 templos:
Pre Rup, East Mebon, Banteay S a m Ré.
- La zona Norte tiene 4 templos:
Preah Khan, Neak Pean, Krol Ko, Ta Som.
Todos los templos de Angkor están repletos de simbolismo y tienen una arquitectura muy diferente a la europea. Hay esculpidas montones de apsaras (ninfas de la mitología hindú), flores de loto, jugadores de ajedrez, leones, dioses, guerreros, reyes, monos, pescadores, juicios, soldados, cocodrilos, serpientes, bailarinas, solados chinos, búfalos, mercados, barcos, circos, dragones, procesiones, arqueros, etc…
Ver todos los relieves con atención y cuidado te requerirá más de un día. Lamentablemente, nosotros solo le pudimos dedicar un día a Angkor ya que teníamos previsto viajar a Tailandia desde Siem Reap al día siguiente. Pero si lees esto antes de reservar nada, te sugiero que compres la entrada para varios días porque merecerá la pena.
Los templos “must do” que no te puedes perder son (y mejor que lo hagas por este orden):
Angkor Wat.
Es el templo hindú más grande, el que mejor representa la arquitectura del Imperio Jemer. Es, también, el templo religioso más antiguo del mundo y, sin embargo, el mejor conservado de todos los que componen Angkor.
A pesar de la decadencia del imperio y su posterior abandono, este templo nunca fue abandonado ya que han estado viviendo, durante siglos, monjes budistas.
Nosotros llegamos antes de las ocho de la mañana. Si no quieres cruzarte con cientos de turistas y tostarte con el sol del mediodía, tendrás que hacer el esfuerzo de madrugar mucho. Pero, créeme que merecerá la pena.
El entorno es, simplemente, espectacular. Sí, es todo lo que te puedo decir de forma rápida además de que es un lugar increíblemente majestuoso, bello, natural, curioso, mágico, misterioso e inquietante.
Todo lo que yo te pueda contar aquí no será suficiente, tendrás que sentir tú mismo tus propias sensaciones maravillosas al pisar el terreno.
Me llamó la atención encontrar a mi paso muchos budas sin cabeza, de esas épocas en las que se iba saqueando maravillas del mundo para exponerlas en museos de lugares lejanos a los suyos de origen.
Te cruzarás con montones de monjes budistas, recuerda que no están haciendo turismo como tú sino que están rezando así que abstente de pedirles una foto. Recuerda, también, que al ser un templo religioso deberás de vestir pantalón largo o pareo y llevar los hombros cubiertos.
En uno de los lados del Angkor Wat hay muchos monos en libertad. Trátalos con respeto porque son apreciados especialmente en Camboya.
Bayon Temple (se encuentra en Angkor Thom).
Tras visitar Angkor Wat, lo mismo crees que ya todo va a ser por el estilo y que te vas a aburrir (como cuando vas a Pekín y visites lo que visites todo será similar a lo anterior) pero no, este no es el caso. Si después de ir al Wat te diriges a la zona Thom, el templo Bayon no te dejará indiferente.
La maravilla de este templo de 54 torres son los cientos de caras sonrientes esculpidas, concretamente 216.
Ta Prohm.
Y llegamos al tercer templo que aún es más espectacular que los otros dos anteriores porque es el más natural y salvaje.
Verás árboles ganando su espacio a los antiguos templos. Verás raíces que salen por ventanas. Verás troncos sobre tejados. Verás estancias repletas de ramas…
Básicamente, la naturaleza tocando a una puerta (en este caso, a varias) y reclamando su espacio. Es de lo más maravilloso que he visto en mi vida.
Banteay Kdei.
Este templo es de dimensiones más reducidas que los anteriores pero está menos masificado y, por tanto, es mucho más tranquilo.
Por si quieres saber más de los templos, hay un libro que recomiendo para conocer todo tipo de detalles de los templos y con buenas fotografías: “Ancient Angkor” by Michael Freeman and Claude Jacques.
Recomendaciones para comer o cenar en Siem Reap:
Pincha sobre los nombres para ir directo a su web
* Café Indochine.
* The Red Piano.
* Hard Rock Cafe Angkor.
UNA HISTORIA MARCADA POR LAS MINAS ANTIPERSONA. UNA VIDA SIN BRAZOS.
No puedo dejar de escribir este post sobre Siem Reap sin contar la historia de Tok Vanna, un camboyano, de 41 años, que perdió los dos brazos por una mina antipersona.
No es una historia aislada porque, como habrás leído con antelación, Camboya es el país del mundo con más minas antipersona en sus tierras, por lo que los afectados/as y víctimas son demasiadas pero es la historia que conozco y que me emocionó.
Tok Vanna, allá por 1988, era soldado camboyano (tampoco es que eligiese ser soldado libremente. En aquella época, por la situación del país, miles de camboyanos fueron forzados a pertenecer al ejército). Una mañana, cuando estaban haciendo maniobras en medio de la selva, le explotó una mina antipersona. A partir de ahí, imagina, o mueres o, en el mejor de los casos, quedas mutilado. Hay una parte o partes de tu cuerpo que se desprenden de ti, de repente, sin quererlo, sin estar preparado para ello. No entiendes por qué, no sabes cómo afrontar tu vida a partir de ese momento y, probablemente, hubieses preferido morir a tener que pasar el resto de tu vida, en este caso, sin los dos brazos. Camboya no es que sea un país con ayudas sociales como para ayudar a estas personas a sobrevivir, lo que les queda es mendigar.
Tok Vanna estuvo ingresado en el hospital casi un año. La fortaleza mental que debes de tener en esos momentos debe ser brutal. Tras mucho tiempo de recuperación en Nom Pen y de tener que mendigar para pagar algunas facturas médicas regresó a Siem Reap y gracias a la “Rehab Craft Cambodia” (plataforma para facilitar un empleo a camboyanos/as con discapacidades), logró tener un trabajo decente. En su trabajo fue donde lo conocí.
Paseábamos por la avenida Pokambor Ave (Pok Vanna) de Siem Reap, en dirección al Old Market. A la orilla de la carretera, antes de la Pub Street que queda a la derecha, divisé un pequeño puestecito de libros y de bocetos de los templos de Angkor hechos con acuarela en negro, destacando el color naranja chillón de las siluetas de monjes budistas, uno de ellos, en todos los bocetos, en silla de ruedas. Me llamaron mucho la atención y paré.
Salió a mi encuentro un señor con una sonrisa maravillosa, con una mirada triste y sin brazos. Me explicó que esos bocetos estaban hechos por un amigo suyo que va en silla de ruedas porque perdió las piernas del mismo modo que él perdió los brazos. Por minas antipersona.
Le compré uno de los bocetos y en la bolsa me metió una hoja en la que contaba su historia pero en esos momentos, entre que su nivel de inglés no es que fuese el mejor y entre mi nivel de “empanamiento”, no sé por qué, entendí que la hoja era la historia de su amigo, el pintor.
Andamos unos metros y saqué la hoja de la bolsa. Me puse a leerla y fue cuando me percaté que esa hoja contaba la historia del vendedor de libros. De Tok Vanna.
Me emocionó. Me emocionó la historia y me agradó su forma sutil de contarla.
Mientras que estás delante de su pequeño puestecito no te pedirá nada, no intentará darte lástima, no insistirá en venderte algo más, no procurará engatusarte. Pero te mete en la bolsa un poquito de su vida, de su sufrimiento pasado y de su gratitud a la vida actual manifestando su felicidad por tener una mujer, dos hijos y un trabajo respetable. Solo en el último párrafo de los dos folios que escribe agradece cualquier donación para pagar la educación de su hijo y de su hija.
Y mientras, aquí, en el centro de Madrid, algunos/as vivimos en medio de una vida competitiva, de esa competitividad no sana. En medio de una vida consumista, material y superficial. Rodeados de algunas personas (solo algunas, menos mal) con personalidades egocéntricas y comportamientos falsos, respuestas impertinentes y poco respetuosas e incluso mal educadas (ojo, esa mala educación que viene no por la ausencia de títulos sino por la falta de nobleza y honorabilidad). Así que, sí, permíteme que me emocione con la lucha de una persona sencilla, luchadora, extraordinaria y admirable.
Si vas a Siem Reap, seguro que no te cuesta nada comprarle un libro a Tok Vanna.
https://sites.google.com/site/tokvanna/
http://news.bbc.co.uk/2/hi/asia-pacific/3694207.stm