Sao Miguel (Azores)
Sao Miguel es la isla más grande de las 9 que componen el archipiélago portugués de Las Azores; la capital de Sao Miguel es Ponta Delgada.
Yo solo he estado en Sao Miguel y poco tiempo, en un puente de diciembre hace años, pero tiempo suficiente para recorrer la isla y disfrutar de ella.
Lo primero que debes saber es que en Las Azores hay dos horas menos que en España.
El clima es templado, es decir, que ni demasiado frío ni demasiado calor. Por tanto, si visitáis las islas en invierno no hace falta que vayáis cargados de jerseys ni bufandas.
Para desplazarse por la isla lo mejor es alquilar un coche. Creo que es lo que más merece la pena para recorrerla tranquilamente.
Un sitio de alquiler de coches es: http://www.azoresrent.com/pages/quemSomos/
Aunque al salir del aeropuerto hay montones de lugares de rent a car.
Los indispensables en Sao Miguel son:
Lago Sete Cidades (a unos 17 kms de Ponta Delgada).
Es súper bonito, se trata de un doble lago que surge a partir de un cráter. Intentad parar en un “miradouro” en la parte de arriba, antes de bajar a la zona del lago, porque las vistas son impresionantes. Se llama Miradouro Vista do Rei. Además, es donde se puede apreciar muy claramente que una parte del lago es de color azul y la otra de color verde. Esto tiene explicación en una vieja y popular leyenda:
LEYENDA DE LAS SIETE CIUDADES
Cuenta la leyenda que el archipiélago de las Azores es lo que hoy queda de una isla maravillosa y extraña donde vivía un rey que poseía un gran tesoro y una inmensa tristeza por no tener un hijo que le sucediera en el trono. Este dolor lo hacia amargo con su reina estéril y cruel con su pueblo. Pero una noche, delante de sus ojos, bajó una estrella muy brillante de los cielos que poco a poco se fue materializando en una mujer de belleza irreal, envuelta en luz plateada. Con una voz que más parecía música, esa mujer le prometió una hija hermosa como el sol pero con la condición de que el rey expiara su crueldad y injusticia por medio de la paciencia. El rey tendría que construir un palacio rodeado por siete ciudades, cercadas por murallas de bronce que nadie podría transponer. La princesa se quedaría allí guardada durante treinta años, lejos de los ojos y del cariño del rey. El rey aceptó el desafío. Se pasaron veinte e ocho años y con ellos crecieron la impaciencia y el sufrimiento del rey, que un día no pudo más. A pesar de haber sido avisado de que moriría y que su reino seria destruido, el rey se dirigió a las murallas, sacó su espada y en ellas descargó su furia. La tierra estremeció en un ruido terrible y de sus entrañas salieron lenguas de fuego mientras el mar se levantaba sobre la tierra y la tragaba. Al fin de todo, quedaron solamente las nueve islas de las Azores y el palacio de la princesa, transformado ahora en la Laguna de las Siete Ciudades, dividida en dos lagos: uno verde, como el vestido de la princesa y el otro azul, del color de sus zapatos.
También hay otra gente que no es tan mística y dice que, en realidad, las “Sete Cidades” fueron fundadas por siete obispos españoles y que en una noche de lluvia todas se hundieron en el lago.
Ya cada cuál que se crea lo que quiera…
Furnas.
Lo que tiene de especial este pequeño pueblo es que salen vapores volcánicos casi que en cada rincón de la localidad. Recuerdo que no olía nada bien pero merece la pena ver esta “peculiaridad natural”.
Furnas, es el lugar más típico para comer cocido.
Sí, sí, el cocido no solo es típico en Madrid sino también en Las Azores y os cuento lo que realmente vale la pena:
Ver enterrar o sacar de un cráter el cocido. La mayoría de restaurantes de la zona llevan los alimentos en ollas para que sean cocidos con los vapores de los cráteres volcánicos. Creo que están como seis horas y realmente está bueno. Es muy curioso. No os lo perdáis.
Si no recuerdo mal, el restaurante más popular se llama Tony´s. No es nada, nada lujoso. Un sitio algo viejo en apariencia pero su especialidad es el cocido y lo hacen de la forma que os he dicho. Para comer cocido, creo que es mejor reservar.
En Las Azores, al igual que en Madeira, también es típico comer Lapas (un tipo de berberechos, algo más duros y más oscuros) con salsa de ajo. Y también es muy típico el pulpo (polvo), lo suelen servir con arroz.
En esa zona de Furnas también merece la pena que os bañéis en aguas termales. Se trata de aguas ferruginosas calentitas. Por tanto, llevad un bañador viejo porque saldréis de color marrón pero merece la pena y es relajante.
Yo me bañé en este hotel: Hotel Terra Nostra http://www.parqueterranostra.com/pt-PT/menu.aspx
Hay una especie de casetas para cambiarse. Llevad una toalla y una bolsa para meter el bañador mojado.
Los jardines bien merecen una visita también, hay un maravilloso parque botánico.
También son muy populares las termas Ferraria:
http://www.termasferraria.com/
Plantaciones de té (Chá).
Lo que creo que os llamará más la atención, yo, al menos, lo descubrí allí, es que…
La mayor plantación de té de Europa está en Las Azores, por lo que os recomiendo visitar una plantación de té. Suelen hacer visitas guiadas y el té es delicioso, yo me traje unas cuantas cajas (es bastante más barato comprarlo en cualquier supermercado de la isla que en la propia plantación).
El té más popular es Gorreana, yo hice la visita allí:
http://gorreana.pt/pt/content/16-contactos
Ribeira dos Caldeiroes.
Es un sitio muy bonito para hacer una ruta senderista sencilla. Es muy verde, con cascadas. Un bosque húmedo y frondoso con una gran cantidad de eucaliptos.
Ese tipo de verde y plantas frondosas se conoce como laurisilva, también muy típica en Madeira. Los bosques de laurisilva están ubicados entre los 300 y 1.300 metros de altura y se componen de plantas que favorecen la penetración del agua de la lluvia como helechos, laurel, tilo, sauces, hayas, hiedras y otras plantas endémicas, es decir, plantas que solo existen en la isla.
Lagoa do Fogo.
Se trata del punto más alto de la isla, por tanto, tiene unas vistas espectaculares aunque si el día que vais está muy nublado, lo mismo no veréis mucho. No obstante, es una reserva natural por lo que merece la pena haga el tiempo que haga.
Vilafranca do Campo.
También merece la pena que visitéis Vilafranca do Campo. No recuerdo muy bien el trayecto para llegar (siempre os podéis llevar vuestro propio GPS o pagar un extra por él en el lugar en el que hayáis alquilado el coche) pero sí recuerdo que tuve que conducir por una carretera con curvas que iba bajando hacia el pueblo. Desde la parte de arriba se veían unas impresionantes vistas desde donde se divisaba el islote de Vilafranca.
Mirad la foto. Yo tuve la suerte de encontrarme el atardecer de fondo.
En Vilafranca son típicas las queijadas, un dulce hecho con requesón. Y hablando de dulces, el más típico de toda la isla es el denominado: Bolo do Levedo (el lugar más tradicional para encontrar este dulce es en Furnas pero lo podéis encontrar, también, en cualquier pastelería de cualquier otra zona de la isla). Y, por supuesto, aprovechad, si sois golosos, para pedir un Pastéis de nata (el también conocido como Pastel de Belém porque es el típico del barrio de Belém de Lisboa), es una tartaleta de crema deliciosa.
¿No os parece un lugar maravilloso? Y eso que he hecho solo un resumen. Sin duda es una isla muy natural, peculiar en muchos sentidos y preciosa. A diferencia de Madeira, Sao Miguel tiene preciosos lagos, prados en los que pastan las vacas (Madeira es más montañosa), plantaciones de té, pero Madeira sigue siendo especial por sus «levadas«, que Sao Miguel no tiene. Si os apetece un sitio tranquilo y natural, apuntad en vuestra agenda Sao Miguel.
- Imprescindibles en la maleta. Si vais a hacer alguna excursión me llevaría un chubasquero y un buen calzado antideslizante. Recordad el bañador viejo para el baño en aguas ferruginosas.
- Otra cosa básica, ya que estáis o vais a tierras portuguesas, es la denominación de los cafés allí. No suelen entender mucho expresso y coffee es una palabra muy abstracta para ellos. De forma que: Un café solo es una bica. Un café con leche en taza pequeña es un garoto. Un café con leche algo más grande es un galao, es decir, un poco de café y mucha leche, servido en un vaso normalmente. Un expreso con una gota de leche es un café pingado y lo que viene siendo un americano ellos lo llaman carioca.